Fue 4-0 para la Selección en Arabia Saudita con goles de Lautaro Martínez, Pereyra, Pezzella y Cervi. Con el regreso de Romero en el arco y con algunas figuras -como Icardi, Otamendi y Tagliafico- siguiendo el partido desde los sillones de los lujosos palcos del estadio Príncipe Faisal bin Fahd.
Argentina ganó cómodamente. Ni le patearon al arco. Manejó el trámite desde el inicio hasta el final. Pero enseguida aparecerá un contraataque contundente: fue un entrenamiento, fue un rival sin pergaminos, fue sólo lo que debía ser.
En ese contexto, aparecieron algunos indicios que en el futuro podrían ser certezas. Y el 4-0 ofrece una estadística curiosa: los cuatro que marcaron hicieron su debut en la red con la camiseta argentina.
En el segundo tiempo llegaron los cambios y la chance de nuevos intérpretes para romper un partido que había entrado en un pozo. Porque Irak no tenía con qué y Argentina intentaba ser prolija pero cada vez tenía menos aire y no lograba cambiar de ritmo.