Si una noche cualquiera, el cielo se ilumina con destellos inusuales y los dispositivos electrónicos dejan de funcionar, podría tratarse de algo más que una simple avería técnica. Según un estudio reciente, el sol podría estar a punto de liberar una “superllamarada”, un evento solar extremadamente poderoso que podría afectar desde satélites y redes eléctricas hasta los sistemas de comunicaciones globales.
Aunque la idea parece sacada de una película de ciencia ficción, la historia tiene precedentes. En 1859, un fenómeno similar conocido como el Evento Carrington desató una de las tormentas geomagnéticas más potentes registradas. Las auroras boreales se vieron hasta en el Caribe, y operadores de telégrafo sufrieron descargas eléctricas. Sin embargo, en aquel entonces, el mundo no dependía de la tecnología como hoy.
Ahora, la ciencia alerta sobre la posibilidad de que eventos similares, o incluso peores, ocurran de nuevo. Un equipo internacional de investigadores ha utilizado datos de más de 56.000 estrellas similares al sol para analizar la frecuencia con la que ocurren estas explosiones estelares y los resultados son inquietantes: podrían darse cada siglo aproximadamente.
Una “superllamarada“ es una explosión de energía en la superficie de una estrella, como el sol, que libera hasta mil veces más energía que una llamarada solar típica. El término se popularizó después de que la física japonesa Fusa Miyake describiera estos eventos en 2012, al encontrar rastros de isótopos radiactivos en los anillos de crecimiento de los árboles, indicio de explosiones solares históricas.
A diferencia de las llamaradas solares comunes, que afectan esporádicamente las comunicaciones por radio y GPS, una “superllamarada” podría tener consecuencias devastadoras. Además de interrumpir las telecomunicaciones, podría causar apagones masivos al sobrecargar las redes eléctricas.
Fuente Infobae