Este viernes se cumplen 50 años del lanzamiento de “Bohemian Rhapsody”, el tema con el que Queen transformó para siempre la historia del rock.
Publicada como adelanto de su cuarto disco de estudio, “A night at the opera”, la creación de Freddie Mercury deslumbró al público y desconcertó a la industria por su formato inusual: una pieza de casi seis minutos sin estribillo, dividida en seis partes que mezclaban ópera, balada y rock pesado.
A Night At The Opera, fue el cuarto disco en la carrera de Queen, y que marcó una etapa dentro de la historia del rock. Lanzado el 21 de noviembre de 1975 y producido por Roy Thomas Baker y la banda, es considerado como uno de los más costosos dentro de su realización. Una pieza fundamental gracias a temas como “You’re My Best Friend”, “I’m In Love With My Car”, “Love of My Life” y “Bohemian Rhapsody”, una obra que marcó el encuentro de rock con la ópera. El simple vio la luz el 31 de octubre, como lado A, y “I’m in Love with My Car”, compuesta por el baterista Roger Taylor, en el lado B.
Luego de la gira de su anterior disco Sheer Heart Attack, los músicos de Queen decidieron tomarse un descanso. El bajista John Deacon se casó, mientras que el guitarrista Brian May volvió a sus estudios de astronomía. Se juntaron unos días en los Estados Unidos, con unas vacaciones en Hawái y luego llegó la primera visita a Japón. En agosto de 1975, Freddie Mercury, May, Deacon y Taylor entraron en los estudios Elstree en Hertfordshire a ensayar para su próximo disco.
Por aquellos días, Queen cambió de representante y de compañía discográfica. John Reid, que había trabajado con Elton John tomó el desafío de manejar al grupo y convenció al sello EMI de disponer de una importante suma de dinero para hacer un importante trabajo. Todo un riesgo. De esta forma, los músicos pudieron trabajar en los estudios de mejor calidad.
En el Rockfield al sur de Gales, se grabaron las pistas de base de pianos, bajo y batería. El trabajo siguió en Londres, de forma simultánea, en los estudios Olympic, Sarm, Scorpio y Lansdowne así como en la sala Roundhouse. Como todos los integrantes de Queen eran compositores, de esta forma podían trabajar en paralelo y aprovechar más el tiempo.
“De todos nuestros cuatro primeros álbumes, este fue el que más tiempo nos llevó grabar. No fue algo premeditado, simplemente lo abordamos de tal manera que dijimos que íbamos a hacer toda una serie de cosas. “Necesitábamos cuatro meses para grabarlo y casi nos pasamos de la fecha límite, con una gira a punto de empezar”, recordó Freddie Mercury en su biografía. “Era importante hacer el disco de la manera en que queríamos, especialmente después de haber invertido tanto tiempo en él. Cada canción de A Night At The Opera se destaca por mérito propio”.
“Había muchas cosas que queríamos hacer en Queen II y Sheer Heart Attack, pero no tuvimos suficiente espacio. Con este disco sí. Más orientado a la guitarra y con juegos vocales, hicimos cosas que nunca antes habíamos hecho. Pusimos sonidos de todo tipo, desde una tuba a un peine”, describió el cantante. “Si A Night at the Opera no hubiese sido un gran éxito, Queen habría desaparecido”, contó Brian May. Antes del álbum, Queen enfrentó graves problemas financieros.
Gracias a “Bohemian Rhapsody”, la suerte del grupo cambió por completo y arrancó extensas giras por el mundo, logrando una gran aceptación por parte de sus fans. También se transformaría en una de las bandas exponentes del rock de estadio con una importante puesta en escena.
Mercury tenía en su casa de Holland Road, Kensington, al norte de Londres, con un piano cerca de la cama que lo tocaba por la mañana para recordar las melodías que había grabado. Fue así como nació una de las canciones más importantes de la historia.
Para grabar esta compleja pieza musical de 5:57 minutos, el cantante fue una suerte de director de orquesta. Fue el encargado de asignarle a Brian, John y Roger a cada una de sus partes.
El grupo estuvo tres semanas grabándola, después de otras tres semanas previas de ensayos. Tuvieron que cantar a lo largo de doce horas diarias hasta poder registrar las 180 voces diferentes, bajo la dirección de Mercury. May grabó el solo de una sola toma. Como dato curioso, Freddie tocó el mismo piano que Paul McCartney había utilizado para grabar “Hey Jude” siete años antes. David Bowie, Supertramp, Nilsson y Nicky Hopkins para los Rolling Stones fueron otros de los artistas que eligieron este Bechstein Grand Piano de un siglo de antigüedad que produjo un sonido genuino y claro.
“‘Bohemian Rhapsody’ era algo que quería hacer desde hacía mucho tiempo. No era algo en que hubiera pensado demasiado en los discos anteriores, pero sentí que cuando fuésemos a hacer el cuarto disco iba a hacerlo”, describió Freddie.
Además, el autor amplió sobre el clásico: “Eran tres canciones y, sencillamente, las junté. Siempre había querido hacer algo operístico, algo que creara una atmósfera al principio y que cambiara a algo más rockero que estalla con una parte operística, un cambio abrupto, y que luego recuperara el tema”.
Para la letra de “Bohemian Rhapsody”, Freddie realizó un trabajo de investigación. “Creo que la gente debería simplemente escucharla, reflexionar sobre ella y luego formarse su propia opinión sobre lo que les dice”. “Scaramouche” es en realidad un personaje de la “Commedia dell’arte”, un espectáculo cómico del siglo XVII, que, a pesar de ser un bufón, siempre se las arreglaba para escapar de cualquier situación difícil.
Por su parte, “Bismillah” es una expresión árabe que significa “En el nombre de Dios” y se utiliza para invocar bendiciones y buscar guía divina antes de comenzar cualquier actividad.
Según Brian May, la canción fue tomando forma mientras Freddie avanzaba con la composición. “La idea de toda la parte instrumental fue creciendo mientras lo escuchaba desarrollarla. Siempre me resultaba más fácil tocar en sus canciones que en las mías, porque había muchos estímulos. Nunca es fácil de tocar, incluso después de todos estos años. Todavía tengo que mantener la cabeza fría. Si me distraigo, sé que voy a descarrilar”, contó el guitarrista en una entrevista con Rolling Stone.
“Rhapsody Bohemian” sigue siendo el tercer simple más vendido de todos los tiempos en el Reino Unido, certificado cuatro veces platino. También se grabó un video como promoción, con el director Bruce Gowers, con un costo de 4.500 libras. Lo realizaron en una jornada de cuatro horas, con cinco más para la edición.
Fuente TN






















