Desde la mesa chica acordaron que Francisco Quintana, actual secretario general del partido, reemplace a Humberto Schiavoni en la conducción del partido.
La prioridad número uno, claro está, es ganar las elecciones y continuar en el poder, no solo en la Casa Rosada, sino también en el fundacional bastión porteño y en la decisiva provincia de Buenos Aires.
Pero en Balcarce 50 ya piensan en la reconstrucción de Pro, el partido que llevó a Mauricio Macri a la cima y que hoy atraviesa momentos de debate interno y búsqueda de mayor presencia en el territorio nacional.
El hecho incontrastable es que, salvo Horacio Rodríguez Larreta en la ciudad y María Eugenia Vidal en la provincia, solo Humberto Schiavoni (hoy presidente de Pro nacional) fue candidato macrista a gobernador, en su caso por la provincia de Misiones. En algunas provincias hubo candidaturas frustradas (Carlos Javier Mac Allister, en La Pampa, u Omar De Marchi, en Mendoza), pero en la mayoría se optó por candidatos radicales, más instalados y con mejores chances.
El primer cambio, consensuado en la mesa chica macrista, será de nombres. Francisco Quintana, actual secretario general del partido y leal al jefe de Gabinete Marcos Peña, asumirá la presidencia en el próximo período, un hecho que debería darse a fines de año, en reemplazo de Schiavoni, que lleva dos períodos consecutivos al frente del partido.
La idea predominante es que a Quintana se le sumen otros dirigentes con peso propio para dotar al partido de mayor visibilidad. Uno de ellos será el hoy secretario de Medio Ambiente Sergio Bergman, que ya acordó con Quintana aportar a la construcción partidaria a partir de diciembre, más allá de su destino en un eventual nuevo gabinete.