A pesar de la tendencia global de disminución del hábito de fumar, en Argentina alrededor del 14% de las muertes que se producen pueden ser atribuidas al tabaquismo, según un informe de la Red de Hospitales Universitarios de la Universidad de Buenos Aires.
A pesar de haber disminuido casi en un 50% los fumadores en Argentina en los últimos 25 años, según datos oficiales, el tabaquismo sigue siendo una de las mayores amenazas para la salud pública.
En nuestro país 225.000 personas enferman cada año por causa del tabaco y mueren unas 45.000 por enfermedades relacionadas con el tabaco, 6000 de las cuales nunca probaron fumar, por lo que el humo pasivo todavía sigue siendo un gran problema sanitario. Estos 45.000 fallecimientos representan el 14% de todas las muertes en el país, según afirma un informe de la Red de Hospitales Universitarios de la Universidad de Buenos Aires al que Infobae tuvo acceso y que fue lanzado en el marco de la conmemoración del Día Mundial sin Tabaco esta semana.
El estudio contó con la participación de referentes en el tema del Hospital de Clínicas “Jose de San Martín”, el Instituto de Oncología Ángel H. Roffo, el Instituto de Investigaciones Médicas Dr. Alfredo Lanari, la Facultad de Psicología de la UBA, la Facultad de Odontología de la UBA y el Hospital Escuela de Ciencias Veterinarias también perteneciente a dicha casa de estudios.
“Pese a que en los últimos años el consumo de tabaco ha bajado un 25% en los últimos años, genera 45.000 muertes al año”, explicó el doctor Diego Sánchez Gelós, coordinador del Programa de Cesación Tabáquica del Hospital de Clínicas de la UBA. “Si bien dejar el hábito no suele resultar sencillo, aquellos que toman la decisión de buscar ayuda profesional alcanzan hasta el 36% de éxito mientras que quienes intentan por su cuenta apenas llegan al 6% de probabilidad de dejar el cigarrillo”, completó el experto.
En las últimas décadas, las políticas públicas de salud buscaron disminuir la prevalencia del consumo del tabaco con medidas como la prohibición de fumar en espacios públicos, el empaquetado neutro y la restricción de publicidad, junto con el desarrollo de programas profesionales de cesación tabáquica. En 1987 la Asamblea Mundial de la Salud instituyó al 31 de mayo como el Día Mundial sin Tabaco para llamar la atención global hacia la epidemia de tabaquismo y sus efectos letales.
Además, los Estados Miembros de la OMS adoptaron en 2003 el Convenio Marco para el Control del Tabaco, tratado que actualmente han ratificado 182 países. Pero lamentablemente en Argentina, ese gran paso todavía no ha podido lograrse. En ese sentido, el 16 de mayo el Ministerio de Salud de la Nación comunicó que el Gobierno Nacional envío al Congreso el Convenio Marco de la OMS para el control del tabaco para su ratificación y tiene giro a las comisiones de Salud y de Relaciones Exteriores y Culto.
“Es importante esta reunión para visibilizar la posición unificada y un abordaje integral del Estado nacional en relación a la estrategia de control del consumo de tabaco y para evaluar todo el abanico de acciones y trabajo articulado que estamos implementando en relación a esta problemática”, indicó la ministra de Salud, Carla Vizzotti y explicó que “el objetivo es avanzar en la adhesión al Convenio Marco de la OMS para el control del tabaco, que ya está en el Congreso y sería un hito como país poder lograrla”.
El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT) fue firmado el 25 de septiembre de 2003 por el entonces presidente de la Nación, Néstor Kirchner, pero por diversos intereses y lobbys de la industria, no ha pasado la ratificación legislativa. “Esperamos que este año, donde se cumplen 20 años de la firma del CMCT, Argentina finalmente lo ratifique. El Convenio no es solo una deuda pendiente de Argentina con la comunidad internacional, sino con la salud pública de toda la población. En este marco, le solicitamos a las Diputados y los Diputados que aprueben el proyecto de ley”, señaló Berenice Cerra, coordinadora en el país del área de incidencia de Federación Interamericana del Corazón (FIC).
Si bien estas acciones produjeron una reducción considerable en el consumo de tabaco a nivel mundial, en la actualidad hay más de 1300 millones de personas fumadoras y sus consecuencias son visibles también en no fumadores, animales de compañía y en el medio ambiente en general.
Con respecto a quienes comparten espacios cerrados con personas que fuman, los especialistas indican que están expuestos al menos a 70 sustancias carcinógenas. Patricia Aruj, médica clínica y neumonóloga del Instituto Alfredo Lanari de la UBA, afirmó en ese sentido: “El humo del tabaco es responsable de la muerte de 6.000 argentinos por año. Un fumador pasivo expuesto al humo tiene un 20 a 30% más de riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular, cerebrovascular, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y cáncer de pulmón, mama y nasofaríngeo”, y recomendó “no fumar en hogares, automóviles, ni ningún lugar cerrado, dado que no alcanza con ventilar los ambientes”.
El tabaquismo a escala mundial
De acuerdo a la OMS más de la mitad de las personas que lo consumen mueren por sus efectos y viven en promedio 10-15 años menos que las no fumadoras.
El consumo de tabaco y la exposición al humo son una de las principales causas de cáncer, enfermedades cardiovasculares y respiratorias causando en el mundo más de 8 millones de muertes cada año, según la OMS. De ese total, tal como informa la organización, más de 7 millones se deben al consumo directo y alrededor de 1,2 millones son consecuencia de la exposición de no fumadores al humo ajeno.
El tabaco mata hasta a la mitad de las personas que lo consumen y más del 80% de los 1300 millones de consumidores de tabaco que hay en el mundo vive en países de ingresos medianos o bajos, de acuerdo a la OMS. En 2020, el 22,3% de la población mundial consumía tabaco (36,7% de todos los hombres y el 7,8% de las mujeres del mundo).
Medidas en Argentina
La Asociación Argentina de Tabacología resume los relevamientos más importantes de las últimas décadas, que muestran un descenso en el consumo de tabaco a escala nacional. En 1999, a través de una encuesta Sedronar mostró que casi el 40% de los adultos mayores de 18 eran fumadores. La encuesta de hogares del Ministerio de Salud de la Nación de 2004 en 5 grandes centros urbanos, arrojó que el 32.7% de los encuestados de 18 a 65 años y el 34.4% de los mayores de 18 años era fumador.
Un año después, el Ministerio de Salud de la Nación realizó la 1° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), según la cual fumaba el 33,4% de la población de 18 a 64 años y el 29,7% de los mayores de 18; y que el porcentaje de fumadores era mayor que el de fumadoras (38,4% vs. 28,6%), aunque en algunas provincias (como CABA y PBA) estos porcentajes eran similares. En el año 2009, se realizó la segunda ENFR, que mostró que el 30,1% de la población de 18 a 64 años y el 27,1% de la población mayor de 18 años era fumadora.
En 2011 se sancionó la Ley N.º 26.687, conocida como Ley Nacional Antitabaco, que estableció que en los paquetes de cigarrillos se publiquen advertencias sobre el riesgo de fumar y la prohibición de hacerlo en lugares cerrados. Asimismo, la normativa impuso un aumento en el precio de los cigarrillos. Durante el 2012 Argentina implementó la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Adultos, a partir del acuerdo firmado entre la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), donde se puso en evidencia que la prevalencia del tabaquismo en adultos en Argentina continuaba disminuyendo: el 29,6% de los hombres y el 15,7% de las mujeres (siendo la prevalencia de fumadores de tabaco del 22,1%) fumaban tabaco en ese año.
De acuerdo a la última ENFR, la prevalencia de consumo de tabaco continúa con su tendencia decreciente desde 2005, evidenciándose un 25% de reducción desde entonces, acompañando las tendencias internacionales y lo observado en ediciones anteriores de dicha encuesta. Sin embargo, el porcentaje de fumadores siguió siendo muy elevado hasta la actualidad.