Cada 10 de abril se conmemora en el país el nacimiento (en 1887) del doctor Bernardo Houssay, quien fue galardonado en 1947 con el Premio Nobel de Medicina.
“No deseo estatuas, placas, premios, calles o institutos cuando muera. Mi voluntad es que no se haga nada de eso. Mis esperanzas son otras. Deseo que mi país contribuya al adelanto científico y cultural del mundo actual, que tenga artistas, pensadores y científicos que enriquezcan nuestra cultura y cuya obra sea beneficiosa para nuestro país, nuestros compatriotas y la especie humana”, expresó Houssay en una de sus citas más recordadas.
Houssay recibió en 1947 el Premio Nobel en Ciencias por descubrir que la anterohipófisis regulaba no sólo el crecimiento sino también el metabolismo de los hidratos de carbono.
Sus pasiones fueron el laboratorio y la cátedra. Hasta el día de su muerte -el 27 de septiembre de 1971- mantuvo el mismo espíritu animoso para aprender y enseñar. Esa tenacidad lo convirtió en un líder universitario y en la investigación científica.
En ningún momento lo abandonó su fe en las posibilidades del desarrollo científico argentino, formando discípulos y trabajando con los medios que las circunstancias ponían a su alcance.
En 1945 se publicó el tratado de fisiología humana bajo su coordinación, que es conocido como “la Fisiología de Houssay” y que fue traducido al inglés, francés, japonés, portugués, griego, italiano y otros idiomas.
La obra marca un hito en los estudios médicos y permitió decir que “puso a la Argentina en el mapa de la fisiología mundial”. Fue el primer presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
Fuente PE